Esta letra, que puede preceder a todas las vocales, no representa hoy sonido alguno en el idioma español. Hay unas pocas palabras de origen extranjero que llevan h ante consonante: son ohm y sus derivados, y brahmán y los suyos.
Esto origina problemas ortográficos para distinguir qué palabras han de llevar h y cuáles no; los problemas son mayores cuando la grafía sirve para distinguir significados, como en los homófonos hojear/ojear, honda/onda, hecho/echo, etc.
OBSERVACIÓN HISTÓRICA. La ortografía española no ha seguido pautas fijas en cuanto a la conservación o supresión de la letra h.
En algunos casos, se mantiene la doble posibilidad en la escritura: alhelí/alelí, armonía/harmonía, arpía/harpía, etc. La Academia, con apoyo en los datos de sus archivos léxicos, prefiere, en los casos anteriores, la palabra que aparece en primer lugar de cada doblete, por ser más frecuente.
Un segundo grupo de palabras que hoy se escriben con h es el de aquellas que proceden de voces latinas con f inicial, como haba, hacer, halcón, hambre, harina, haz, heder, heno, hermoso, hijo, hilo, hoja, hongo, humo, hundir o huso, que provienen de las latinas faba(m), facere, falcone(m), etc., y que en castellano antiguo llevaban también f. Esta pasó después a ser aspirada y finalmente enmudeció. Se escriben con h:
a) Las formas de los verbos haber, hacer, hallar, hablar, habitar: haga, hallemos, hablará.
b) Los compuestos y derivados de los vocablos que tengan esta letra: gentilhombre, compuesto de hombre; herbáceo, derivado de hierba.
Acción e ilación se escriben sin h porque ni la primera viene de hacer, ni la segunda de hilo o de hilar. Acción era actio en latín, y proviene del supino actum, e ilación es la illatio latina, también procedente del supino illatum.
Las palabras oquedad, orfandad, orfanato, osamenta, osario, óseo, oval, óvalo, ovario, oscense, oler, etc. se escriben sin h porque no la tienen en su origen.
c) Las palabras de uso actual que empiezan por los diptongos ia, ie, ue y ui: hiato, hiena, huele, huidizo. Excepción: iatrogénico.
d) Las palabras que empiezan por los elementos compositivos hecto– (‘cien’) —distinto de ecto– (‘por fuera’)—, helio– (‘sol’), hema–, hemato–, hemo– (‘sangre’), hemi– (‘medio, mitad’), hepta– (‘siete’), hetero– (‘otro’), hidra–, hidro– (‘agua’), higro– (‘humedad’), hiper– (‘superioridad’ o ‘exceso’), hipo– (‘debajo de’ o ‘escasez de’), holo– (‘todo’), homeo– (‘semejante’ o ‘parecido’), homo– (‘igual’): hectómetro, heliocéntrico, hematoma, hemiciclo, hemoglobina, heptaedro, heterosexual, hidráulico, hidrógeno, higrómetro, hipérbole, hipócrita, holografía, homeopatía, homógrafo.
e) Algunas interjecciones: hala, bah, eh.
f) Por regla general, las palabras que empiezan por histo–, hosp–, hum–, horm–, herm–, hern–, holg– y hog–: histología, hospital, humedad, hormiga, hermano, hernia, holgado, hogar.